La oración hesicasta. Kyrie eleison Señor, ten piedad
Quiero compartir con quienes lean mi blog esta sabiduría espiritual de la cual he tenido experiencias personales. Es la oración más poderosa que he conocido. Un día pedí una oración a un sacerdote que ama la esencia de la iglesia cristiana ortodoxa u oriental. Toda la vida le estaré agradecida por comunicarme esto y es por eso que hoy quiero darlo a todos no como sacerdote , puesto que no lo soy, sino como alguien del mundo que trata de estar cerca de Dios y con Dios en su diario vivir.
La oración hesicasta, conocida también como la oración a Jesús, es tan simple como fuerte, las palabras son "Señor Jesús, Hijo de Dios ten piedad de mi" o Señor, Ten piedad de mí" "Cristo ten piedad de mí".
Sus raíces son del siglo XIII y se trazan hasta los monjes egipcios del siglo IV, los cuales decían una oración o palabra para enfrentar los pensamientos negativos y tranquilizar su mente, a esta se le llamaba la oración monológica.
Leyendo los evangelios se encuentra a menudo la frase "Señor Ten piedad de mi" entre las personas a las cuales Jesús curó y ayudó.
Macario, uno de los Padres del desierto dijo:
«poner atención en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo cuando tus labios estén en ebullición para atraerlo, pero no trates de conducirlo a tu espíritu buscando parecidos. Piensa tan sólo en tu invocación: Nuestro Señor Jesús, el Cristo, ten piedad de mí»
De un monje del monte Atos llamado Nicéforo el Hesicasta o el Solitario, quien se cree que vivió en el siglo XIII y XIV, viene el método psico-fisico Hesicasta.
"La obediencia del corazón, y la constante presencia de Dios en la conciencia, estableciendo rectas relaciones con Dios, el padre espiritual, los demás hombres y las cosas. Insistiendo en la necesidad de estar libre de toda preocupación, con la conciencia tranquila y sin atadura pasional alguna, se debe: «mantener la atención dentro de sí mismo, en el corazón. Mantener la mente ahí (en el corazón), tratando por todo medio posible de encontrar el lugar donde está el corazón, para que una vez hallado, la mente se centre en él», y así «manteniendo la mente en atención, mantener a Jesús en el corazón, esto es, su oración: 'Señor Jesucristo, ten piedad de mí'.
Esta oración sería la base de toda la vida espiritual, pues es particularmente apta para superar la desintegración interior, domar las pasiones, conquistar la humildad y andar en presencia de Dios.
"Nicéforo en un escrito, al parecer, definitivamente suyo: 'Sobre la sobriedad y la guarda del corazón' dice: «Tú sabes que tu respiración es la inhalación y exhalación de aire. El órgano que sirve para esto son los pulmones que están alrededor del corazón. Así que el aire que pasa por ellos envuelve al corazón. Es así que la respiración es una vía natural al corazón. De modo que habiendo recogido tu mente en ti mismo, condúcela por el canal de la respiración por el que el aire llega al corazón y, juntamente con el aire inhalado, fuerza a tu mente a descender al corazón y permanecer ahí». Más adelante dice Nicéforo: «Además, debes saber que cuando tu mente queda firmemente establecida en el corazón, no debe permanecer en silencio y sin hacer nada, sino que debe repetir constantemente la oración: '!Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí!' y nunca cesar. Pues esta práctica, manteniendo la mente libre de sueños, la vuelve evasiva e impenetrable a las sugestiones del enemigo y cada día la conduce, más y más, a amar y anhelar a Dios». Si Nicéforo el Solitario es autor también del tratado 'Tres métodos de atención y oración', la fecha de éste tendría que llevarse hasta fines del siglo XIII, o las primeras décadas del XIV."
El método Neo-Hesicasta
"El obispo griego-ortodoxo Kallistos Ware, sostiene: «El Nombre es poder, pero una repetición puramente mecánica, por sí misma, es incapaz de lograr algo. La Oración a Jesús no es un talismán mágico. Como en todas las operaciones sacramentales, se requiere que el hombre coopere con Dios a través de su fe activa y su esfuerzo ascético. Estamos llamados a invocar el Nombre con recogimiento y vigilancia interior, manteniendo nuestra mente en las palabras de la Oración, conscientes de a quién nos dirigimos y quién nos responde en nuestro corazón». Este autor contemporáneo, conocedor del entusiasmo por las disciplinas orientales del mundo moderno, dice enfático que la "oración a Jesús" «no es un instrumento para ayudarnos a concentrarnos o relajarnos. No es simplemente una parte de un 'yoga cristiano' un tipo de 'meditación trascendental' o un 'mantra cristiano'. Es una invocación dirigida a otra persona: "Dios hecho Hombre, Jesucristo, nuestro Salvador y Redentor".
Kallistos Ware resalta la centralidad de la 'oración del nombre de Jesús' de la 'oración del corazón' (de la mente en el corazón), que como verdadero don de Dios no está ligada a técnica alguna. Sin embargo, partiendo de la concepción de la unidad del ser humano, afirma: «El cuerpo no es sólo un obstáculo que sobrepasar, una protuberancia de la materia a ser ignorada, sino que tiene un rol positivo que jugar en la vida espiritual y está dotado con energías que pueden ser encauzadas para el trabajo de la oración». Sería, pues, sólo como una ayuda para la concentración en 'la oración' que el método neo-hesicasta emplea las posturas corporales, el sincronizado ritmo respiratorio y la concentración cordial.
Según hemos visto, la `oración a Jesús' responde a un largo proceso que se extendería desde los ambientes del monacato primitivo, hacia el siglo IV, hasta nuestros días.
EL MÉTODO DE ORACIÓN
'ORACION DEL NOMBRE DE JESUS'
PREPARACION REMOTA
1. Vida cristiana activa en la Iglesia.
2. Obediencia y pureza de mente y corazón.
3. Tranquilidad de conciencia.
4. Humildad.
PREPARACION INMEDIATA
1. Relajación del cuerpo, asumiendo la postura más adecuada.
2. Calmar toda emoción.
3. Eliminar toda actividad mental discursiva o imaginativa.
4. Recogerse en el interior.
5. Ponerse confiadamente en la presencia de Dios.
6. Implorar la ayuda del Espíritu Santo (1Cor 12, 3).
CUERPO
1. Concentrar la atención en el lugar del corazón, manteniéndose en paz y en reverencia.
2. Al ritmo de la respiración (inspiración-espiración) repetir (oral o mentalmente) por un determinado número de veces: «Señor Jesucristo, Hijo de Dios,/ ten piedad de mí, pecador». En todo momento deberá mantenerse un reverente y vigilante recogimiento.
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En mi oración solamente repito Señor ten piedad - Cristo ten piedad. Mi vida activa religiosa o espiritual es la de mi propa conciencia. Es sabido que la oración en grupo es muy eficaz , de ahí lo de la vida activa en la iglesia primitiva que se plantea.
DE:http://escritosotsocas.blogspot.com/2009/01/la-oracin-hesicasta-kyrie-eleison-seorLa oración hesicasta, conocida también como la oración a Jesús, es tan simple como fuerte, las palabras son "Señor Jesús, Hijo de Dios ten piedad de mi" o Señor, Ten piedad de mí" "Cristo ten piedad de mí".
Sus raíces son del siglo XIII y se trazan hasta los monjes egipcios del siglo IV, los cuales decían una oración o palabra para enfrentar los pensamientos negativos y tranquilizar su mente, a esta se le llamaba la oración monológica.
Leyendo los evangelios se encuentra a menudo la frase "Señor Ten piedad de mi" entre las personas a las cuales Jesús curó y ayudó.
Macario, uno de los Padres del desierto dijo:
«poner atención en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo cuando tus labios estén en ebullición para atraerlo, pero no trates de conducirlo a tu espíritu buscando parecidos. Piensa tan sólo en tu invocación: Nuestro Señor Jesús, el Cristo, ten piedad de mí»
De un monje del monte Atos llamado Nicéforo el Hesicasta o el Solitario, quien se cree que vivió en el siglo XIII y XIV, viene el método psico-fisico Hesicasta.
"La obediencia del corazón, y la constante presencia de Dios en la conciencia, estableciendo rectas relaciones con Dios, el padre espiritual, los demás hombres y las cosas. Insistiendo en la necesidad de estar libre de toda preocupación, con la conciencia tranquila y sin atadura pasional alguna, se debe: «mantener la atención dentro de sí mismo, en el corazón. Mantener la mente ahí (en el corazón), tratando por todo medio posible de encontrar el lugar donde está el corazón, para que una vez hallado, la mente se centre en él», y así «manteniendo la mente en atención, mantener a Jesús en el corazón, esto es, su oración: 'Señor Jesucristo, ten piedad de mí'.
Esta oración sería la base de toda la vida espiritual, pues es particularmente apta para superar la desintegración interior, domar las pasiones, conquistar la humildad y andar en presencia de Dios.
"Nicéforo en un escrito, al parecer, definitivamente suyo: 'Sobre la sobriedad y la guarda del corazón' dice: «Tú sabes que tu respiración es la inhalación y exhalación de aire. El órgano que sirve para esto son los pulmones que están alrededor del corazón. Así que el aire que pasa por ellos envuelve al corazón. Es así que la respiración es una vía natural al corazón. De modo que habiendo recogido tu mente en ti mismo, condúcela por el canal de la respiración por el que el aire llega al corazón y, juntamente con el aire inhalado, fuerza a tu mente a descender al corazón y permanecer ahí». Más adelante dice Nicéforo: «Además, debes saber que cuando tu mente queda firmemente establecida en el corazón, no debe permanecer en silencio y sin hacer nada, sino que debe repetir constantemente la oración: '!Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí!' y nunca cesar. Pues esta práctica, manteniendo la mente libre de sueños, la vuelve evasiva e impenetrable a las sugestiones del enemigo y cada día la conduce, más y más, a amar y anhelar a Dios». Si Nicéforo el Solitario es autor también del tratado 'Tres métodos de atención y oración', la fecha de éste tendría que llevarse hasta fines del siglo XIII, o las primeras décadas del XIV."
El método Neo-Hesicasta
"El obispo griego-ortodoxo Kallistos Ware, sostiene: «El Nombre es poder, pero una repetición puramente mecánica, por sí misma, es incapaz de lograr algo. La Oración a Jesús no es un talismán mágico. Como en todas las operaciones sacramentales, se requiere que el hombre coopere con Dios a través de su fe activa y su esfuerzo ascético. Estamos llamados a invocar el Nombre con recogimiento y vigilancia interior, manteniendo nuestra mente en las palabras de la Oración, conscientes de a quién nos dirigimos y quién nos responde en nuestro corazón». Este autor contemporáneo, conocedor del entusiasmo por las disciplinas orientales del mundo moderno, dice enfático que la "oración a Jesús" «no es un instrumento para ayudarnos a concentrarnos o relajarnos. No es simplemente una parte de un 'yoga cristiano' un tipo de 'meditación trascendental' o un 'mantra cristiano'. Es una invocación dirigida a otra persona: "Dios hecho Hombre, Jesucristo, nuestro Salvador y Redentor".
Kallistos Ware resalta la centralidad de la 'oración del nombre de Jesús' de la 'oración del corazón' (de la mente en el corazón), que como verdadero don de Dios no está ligada a técnica alguna. Sin embargo, partiendo de la concepción de la unidad del ser humano, afirma: «El cuerpo no es sólo un obstáculo que sobrepasar, una protuberancia de la materia a ser ignorada, sino que tiene un rol positivo que jugar en la vida espiritual y está dotado con energías que pueden ser encauzadas para el trabajo de la oración». Sería, pues, sólo como una ayuda para la concentración en 'la oración' que el método neo-hesicasta emplea las posturas corporales, el sincronizado ritmo respiratorio y la concentración cordial.
Según hemos visto, la `oración a Jesús' responde a un largo proceso que se extendería desde los ambientes del monacato primitivo, hacia el siglo IV, hasta nuestros días.
EL MÉTODO DE ORACIÓN
'ORACION DEL NOMBRE DE JESUS'
PREPARACION REMOTA
1. Vida cristiana activa en la Iglesia.
2. Obediencia y pureza de mente y corazón.
3. Tranquilidad de conciencia.
4. Humildad.
PREPARACION INMEDIATA
1. Relajación del cuerpo, asumiendo la postura más adecuada.
2. Calmar toda emoción.
3. Eliminar toda actividad mental discursiva o imaginativa.
4. Recogerse en el interior.
5. Ponerse confiadamente en la presencia de Dios.
6. Implorar la ayuda del Espíritu Santo (1Cor 12, 3).
CUERPO
1. Concentrar la atención en el lugar del corazón, manteniéndose en paz y en reverencia.
2. Al ritmo de la respiración (inspiración-espiración) repetir (oral o mentalmente) por un determinado número de veces: «Señor Jesucristo, Hijo de Dios,/ ten piedad de mí, pecador». En todo momento deberá mantenerse un reverente y vigilante recogimiento.
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En mi oración solamente repito Señor ten piedad - Cristo ten piedad. Mi vida activa religiosa o espiritual es la de mi propa conciencia. Es sabido que la oración en grupo es muy eficaz , de ahí lo de la vida activa en la iglesia primitiva que se plantea.