En el Santísimo Sacramento del Altar está Mi Sagrado Corazón Eucarístico
Desde el Santísimo Sacramento del Altar, Yo toco los corazones para convertirlos y regresarlos al Camino del Amor y de la Santidad.
En el Santísimo Sacramento del Altar está Mi Sagrado Corazón Eucarístico. Adórenme con amor, con fervor; adórenme encendidos en el Fuego de la Santidad. Tiemblen de un temor amoroso por estar delante de Dios. Hijos Míos, postrados ante Mi Presencia, como Moisés se postró ante la Presencia de Mi Padre, ya no es la zarza que ardía en el monte, ahora es el Corazón Eucarístico que se consume por el Espíritu Santo.
Hijos Míos, cuando están ante Mi Presencia deben tocar el suelo con vuestra pequeñez, deben humillarse totalmente ante Mi Amor. Yo les pido a las almas que no se resistan al Amor Eucarístico sino que sean niñas totalmente, niños que se vienen a postrar ante su Padre, que se sientan a sus pies para escucharlo y se recuestan sobre Su Corazón para perderse y abandonarse totalmente en Él.
Hijos Míos, junto al Sacerdocio el Santísimo Sacramento es el Don más grande que les he dado a las almas y a la Iglesia. Oren, hijos Míos, para que las almas de los Apóstoles de los Últimos Tiempos permanezcan fieles a Mi Voz, a Mi Doctrina, a Mi Presencia Eucarística.
Yo les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
la guerra contra los hijos de Dios ha comenzado. Es una guerra secreta, callada, escondida, que hará tambalear la fe de muchos
Queridos hijos, las horas se acortan, el día se acaba, la oscuridad avanza, la guerra contra los hijos de Dios ha comenzado. Es una guerra secreta, callada, escondida, que hará tambalear la fe de muchos, sacudirá los cimientos de la Casa del Señor, pero prevalecerá, pero muchos corazones serán confundidos.
Hijos Míos, así, como protegí a Mi Amada Esposa María y al Niño Jesús, cuando huíamos a Egipto, a través del desierto, así, Yo protegeré a los Hijos de la Madre, a los Apóstoles de Jesucristo, y los guiaré al Templo del Señor. San Miguel Arcángel y los ángeles combatirán por ustedes.
Hijos Míos, Resto Fiel, confíen mucho; no pongan en duda mis palabras, sino que hagan solamente, en obediencia, lo que se les pide. La Divina Providencia está con ustedes, confíen y abandónense mucho. Pero guarden en vuestras casas todo lo necesario para ustedes y sus familias; aspergen agua bendita muy seguido; pero no pierdan la paz. Oren mucho; oren siempre. Mi protección de Padre está con ustedes.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos, anhelen ser santos porque están llamados a la Perfección del Amor.
Que la Gracia del Espíritu Santo pueda descender sobre ustedes, abriendo sus corazones con humildad y sencillez a la Honra y a la Gloria del Señor.
Queridos hijos, aspiren al Cielo, deseen la Santidad, anhelen llegar a la Santidad. Sean santos, sean celosos, cuiden sus almas, vivan las virtudes, oren mucho.
Mis queridos hijos, que los sentimientos de vuestro corazón se eleven más alto, más perfectos, a Dios.
Queridos hijos, aspiren al Cielo, deseen la Santidad, anhelen llegar a la Santidad. Sean santos, sean celosos, cuiden sus almas, vivan las virtudes, oren mucho.
Hijos, conviertan vuestro corazón en un precioso jardín para Dios. Oren, pidan mucho, para que ustedes sean esos Santuarios Vivos del Señor.
Hijos Míos, adórnense con las Virtudes del Espíritu Santo, con Sus Dones, con Sus Gracias, con Sus Carismas.
Hijos, anhelen ser santos porque están llamados a la Perfección del Amor. Están llamados a la Santidad de Dios. No distraigan sus corazones de éste pensamiento y deseo santo. Ser agradables para Dios, eso es lo que importa, queridos hijos.
Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Hijos Míos, no se cansen de orar, de entregarse. El Triunfo de Mi Inmaculado Corazón, el Reinado del Espíritu Santo, está pronto
Los hombres se ahogan en este mundo de pecado y no se preocupan por la salvación de sus almas. Más Yo, hijitos Míos, intercedo por todos ustedes. Es una bendición del Cielo que Yo esté aquí con Mis hijos. Siempre agradezcan al Señor por cada mensaje y por Mi presencia en el mundo.
Hijitos Míos, Yo reúno a los escogidos; muchos son llamados, pero sólo los escogidos subirán al Arca de María. Hijitos, nunca tengan miedo de responder a Mi llamado. Yo reúno al pequeño Resto Fiel de Mi Hijo. Un pequeño grupo de almas en todo el mundo, Mi ejército mariano, para que se ofrezcan en reparación, en oración, por las almas de los pobres pecadores.
Hijos Míos, no se cansen de orar, de entregarse. El Triunfo de Mi Inmaculado Corazón, el Reinado del Espíritu Santo, está pronto, hijos Míos. Gracias por responder a Mi llamado de Madre. Les amo y les bendigo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, vuestros corazones son los sagrarios vivos de Jesús. Por eso, hijos Míos, cuiden la presencia de Dios dentro de ustedes.
Queridos hijos, vuestros corazones son los sagrarios vivos de Jesús. Por eso, hijos Míos, cuiden la presencia de Dios dentro de ustedes. Cuiden la presencia del Espíritu Santo en ustedes.
Hijos Míos, oren por las intenciones de Nuestros Sagrados Corazones Unidos. Que los Planes de Dios para el mundo se realicen en Divina Voluntad. Hijitos Míos, oren mucho, oren siempre. Nunca el Señor los deja solos: Me envía a cuidar, a proteger, y a guiar a Sus pequeñas almas fieles.
Hijos Míos, vivan conscientes de que el Espíritu Santo habita en cada uno de ustedes. Desde el momento de su bautismo son templos del Padre, son templos del Hijo, son templos del Espíritu Santo. Vivan en adoración constante y no olviden que también Jesús está en el Sagrario esperándolos siempre. Recen siempre el Santo Rosario. Conságrense a Mi Corazón Inmaculado.
Vivan como niños dependiendo de vuestra Madre, que les ama y les bendice. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.