Estado de oración
Publicado el 26 enero, 2012 por Fraternidad del Santo NombreIntroducción“Los terrones son grandes y van dando vueltas, desintegrándose bajo la herramienta del labriego, que según la antigua usanza, trabaja con sus manos la tierra de cultivo.La enfermera prepara con pulcritud la medicación sobre la bandeja impecable. Mira alternativamente las recetas y los frascos, de donde extrae la materia indicada para cada paciente.El banco esta atiborrado de gente inquieta, de quejas y movimientos presurosos. El mensajero forma parte de una extensa fila en la caja 3, destinada a la recepción del pago de los impuestos.Entre la celda y la capilla se atraviesa el claustro. A través de los vidrios empañados, el monje contempla pequeños rubíes de rosas en pimpollo y el verde esmeralda del follaje húmedo.En el recreo los niños despliegan su energía jugando juegos irreconocibles y saturan el ambiente de ruidos y gritos. La maestra corrige los cuadernos y acomoda los lápices al pasar por los pupitres.”Las cinco breves descripciones que anteceden son contemporáneas, transcurren en nuestro tiempo y sus protagonistas practican la oración de Jesús. Son situaciones reales de amigos, que han encontrado en la oración del nombre de Jesús un espacio de calma en medio de la tormenta. Esta forma de orar se ha convertido para ellos en un refugio que los abriga de las agitaciones del mundo cotidiano; los protege de los vendavales que vienen de afuera y de los provenientes de su propia mente.El mundo puede tornarse hostil si nos penetra la violencia, la competitividad, la codicia, la cultura de la apariencia que parece imponerse a la del ser. Nuestra mente puede encontrarse manejando los valores del medio en el que vive y terminar convertida en enemigo, en fuente de inquietud derivada del ansia interminable.La oración de Jesús es refugio porque brinda paz al alma, pero no genera inercia, por el contrario, activa la acción transformadora. El practicante asiduo se fortalece y aún en medio del mundo, encuentra en sí mismo la distancia suficiente entre los estímulos y la reacción. Este espacio interior, anterior a la respuesta que se da a los sucesos, le permite actuar con deliberación, buscando la coherencia entre su conducta y el mensaje del Evangelio.La oración del nombre de Jesús, conocida también como la oración del corazón, es una vocación particular, un deseo de unificación profunda del alma y en general, llegan a sentirla “almas viejas”, que han vivido mucho y con intensidad y que han encontrado una cierta desdicha en lo que a los demás encandila.Es un llamado que convoca a los arrepentidos, a quienes han tomado conciencia de su miseria, de sus motivaciones mezquinas, de su egocentrismo y que sin perder la esperanza desean un cambio de raíz. No es afín con el relativismo ni con el antropocentrismo, sino más bien con aquellos que saben y sienten que todo nos ha sido dado y que nada se hace sin que él lo sepa.Implica una ética centrada en la virtud de la humildad, que contrariamente a lo que pudiera la lógica suponer, no debilita ni contrae, sino que expande cierta actitud espiritual que aúna firmeza con bondad del corazón. El practicante se afinca en el silencio y transmite una alegría serena; sabe de la nulidad de los esfuerzos, que se ejercitan sin prestar atención a la sagrada presencia de lo divino.Nacida ya en las primeras comunidades cristianas, que buscaban en la invocación del nombre de Jesús actualizar su presencia; se hace ascesis privada en algunos padres del desierto antes del siglo V y se sistematiza en el oriente cristiano, particularmente en Athos (Grecia) alrededor del siglo XII.Mientras se difundía en toda la región eslava y en los monasterios rusos hasta el siglo XIX, se hacía carne en algunos santos y monjes de occidente que hacen alusión a ella en sus escritos. Hoy se halla enraizada en la práctica de fieles y religiosos en las iglesias de oriente y muy difundida en nuestro hemisferio.La oración de Jesús se conoció en occidente gracias a la publicación de Relatos de un peregrino ruso y la posterior difusión de los tratados de Filocalia. Pero es la revolución tecnológica producida por internet la que la expande hoy en día más allá de lo previsible.Se forman grupos de laicos en algunas parroquias dedicados a estudiarla, practicarla y enseñarla. Es posible encontrar retiros dedicados a su aprendizaje y existen proyectos de vida monástica articulados alrededor de la oración de Jesús. Prácticamente no hay librería religiosa que no tenga algún ejemplar en el cual se haga referencia a ella.Es que la vía del Nombre conocida como la oración de Jesús, trasciende diferencias generacionales y hasta culturales. Comparte con otros métodos la repetición sistemática de una frase o una palabra que unifica la mente en torno a un centro. Utiliza el cuerpo como apoyo para enraizarse en la vida cotidiana, utilizando para ello la respiración o la atención dirigida al órgano cardíaco.Pero la oración -hesicasta- por excelencia cuenta también con la presencia viva de aquel a quién se invoca. De un modo cuasi sacramental, la mención del nombre de Jesús con fe y devoción o al menos con atención, hace presente al Señor resucitado. De un modo perceptible para quién hace silencio en el corazón y para quién ama lo que nombra; la presencia de lo sagrado se hace manifiesta a los sentidos del espíritu, que terminan influyendo en los del cuerpo, dulcificando la vida.La repetición continua del nombre de Jesús o de la frase elegida en donde se incluye su nombre, aclara la percepción de lo que ocurre en nuestro entorno, nos ayuda a percibir “al otro” con mayor profundidad (como si los demás cobraran mayor volumen) y acrecienta notablemente la conciencia de nuestro mundo interno.Se nos revela un nuevo rostro, como en un espejo se nos hacen evidentes las motivaciones que estaban ocultas en las buenas acciones aparentes. En el libro se nos advierte que es preciso no desalentarse ante este nuevo conocimiento de nosotros mismos y se nos alienta a perseverar polarizando el alma en torno a la persona de Jesús…De la introducción en “La oración de Jesús”Textos específicos sobre la oración de Jesús
(También conocida como "La oración del corazón")
- ¿Como se pide?
- Abandonar el temor
- Acerca de lo real
- Adquirir impulso
- Afán de perfección
- Algo sobre la acedia
- Algunos aspectos técnicos
- Aptitud para la vida interior
- Arraigo
- Ascesis
- Ascética espiritual I
- Aspectos varios
- Buscando coherencia
- Celebración
- Centrarse en el Nombre
- Coherencia
- Compromisos
- Concentrar
- Confianza en Dios
- Conocimiento espiritual en Filocalia
- Consulta sobre la frase de la oración
- Consultas I
- Criterios de acción I
- Cultivo
- Decisión del corazón
- Depresión
- Devoción
- Dos corrientes
- El bien triunfa
- El lugar de la presencia
- El lugar de oración
- El mejor esfuerzo
- El mejor regalo
- El poder del Nombre
- El tamiz de la oración
- El combate espiritual
- En torno a la meditación y el silencio
- Enorme silencio
- Entrenar la mirada
- Escalando el alma
- Esfuerzo gustoso
- Esperar en Dios
- Establecerse en el corazón
- Estados internos
- Estarse en la acción
- Fe y perdón
- Formas de oración
- Fortalece tu espíritu
- Hesiquía y compunción
- Iconografía
- Iniciación
- Íntima alegría
- Juntando hierbas
- La actitud del caminante
- La inteligencia en el corazón
- La lucha principal
- La meditación silenciosa
- La meditación silenciosa (extracto)
- La pertenencia del corazón
- La tiranía del cuerpo
- La vía del Nombre
- La voluntad de Dios
- La ansiedad
- La llave
- La mansedumbre
- La mente vagabunda
- La proporción necesaria
- Liturgia personal
- Lo mejor que puedas
- Lo que Dios nos envía
- Lo que es importante
- Lo primero
- Los primeros frutos
- Mayor conciencia
- Meditación y silencio II
- No hay prisa
- No inquietarse
- No reacción
- No resistirse
- Obstáculos
- Oración de quietud
- Oración en la acción
- Perseverancia
- Persiste
- Piedad
- Polarización del alma
- Preocupación
- Primeras instrucciones
- Primeros frutos
- Propósito interior
- Recomenzar
- Reconocimiento
- Repentina alegría
- Riesgos
- Según tus actos
- Si pierdo la oración
- Sobre la Fe
- Sobre la perspectiva necesaria
- Sobre lecturas y esencia de la práctica
- Sobre un retiro solitario
- Sobre apostolado
- Sobre el silencio
- Sobre la respiración
- Tácticas
- Un severo ascetismo
- Un hacer particular
- Uno lleva la mirada
- Vigilancia
- Vivir en la confianza
- Retiro espiritual
- La gracia de la oración incesante
- Rasgos de historia y espiritualidad
- El sello del Nombre
- La mirada humana
- Austeridad y oración
- Vida de Macrina
- La invocación del Nombre de Jesús
- Invitación a la vida consagrada
- El lugar secreto
- Estado de oración
- Retiro
- Recibir el silencio
- Tu estás contigo
- Apertura del corazón
- Lenguaje de Dios
- Caridad evangélica
- Dios se manifiesta
- Vida eremítica
- Theotokos
Oración , Preghiera , Priére , Prayer , Gebet , Oratio, Oração de Jesus
CATECISMO DA IGREJA CATÓLICA:
2666. Mas o nome que tudo encerra é o que o Filho de Deus recebe na sua encarnação: JESUS. O nome divino é indizível para lábios humanos mas, ao assumir a nossa humanidade, o Verbo de Deus comunica-no-lo e nós podemos invocá-lo: «Jesus», « YHWH salva» . O nome de Jesus contém tudo: Deus e o homem e toda a economia da criação e da salvação. Rezar «Jesus» é invocá-Lo, chamá-Lo a nós. O seu nome é o único que contém a presença que significa. Jesus é o Ressuscitado, e todo aquele que invocar o seu nome, acolhe o Filho de Deus que o amou e por ele Se entregou.
2667. Esta invocação de fé tão simples foi desenvolvida na tradição da oração sob as mais variadas formas, tanto no Oriente como no Ocidente. A formulação mais habitual, transmitida pelos espirituais do Sinai, da Síria e de Athos, é a invocação: «Jesus, Cristo, Filho de Deus, Senhor, tende piedade de nós, pecadores!». Ela conjuga o hino cristológico de Fl 2, 6-11 com a invocação do publicano e dos mendigos da luz (14). Por ela, o coração sintoniza com a miséria dos homens e com a misericórdia do seu Salvador.
2668. A invocação do santo Nome de Jesus é o caminho mais simples da oração contínua. Muitas vezes repetida por um coração humildemente atento, não se dispersa num «mar de palavras», mas «guarda a Palavra e produz fruto pela constância». E é possível «em todo o tempo», porque não constitui uma ocupação a par de outra, mas é a ocupação única, a de amar a Deus, que anima e transfigura toda a acção em Cristo Jesus.