Oración , Preghiera , Priére , Prayer , Gebet , Oratio, Oração de Jesus

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CATECISMO DA IGREJA CATÓLICA:
2666. Mas o nome que tudo encerra é o que o Filho de Deus recebe na sua encarnação: JESUS. O nome divino é indizível para lábios humanos mas, ao assumir a nossa humanidade, o Verbo de Deus comunica-no-lo e nós podemos invocá-lo: «Jesus», « YHWH salva» . O nome de Jesus contém tudo: Deus e o homem e toda a economia da criação e da salvação. Rezar «Jesus» é invocá-Lo, chamá-Lo a nós. O seu nome é o único que contém a presença que significa. Jesus é o Ressuscitado, e todo aquele que invocar o seu nome, acolhe o Filho de Deus que o amou e por ele Se entregou.
2667. Esta invocação de fé tão simples foi desenvolvida na tradição da oração sob as mais variadas formas, tanto no Oriente como no Ocidente. A formulação mais habitual, transmitida pelos espirituais do Sinai, da Síria e de Athos, é a invocação: «Jesus, Cristo, Filho de Deus, Senhor, tende piedade de nós, pecadores!». Ela conjuga o hino cristológico de Fl 2, 6-11 com a invocação do publicano e dos mendigos da luz (14). Por ela, o coração sintoniza com a miséria dos homens e com a misericórdia do seu Salvador.
2668. A invocação do santo Nome de Jesus é o caminho mais simples da oração contínua. Muitas vezes repetida por um coração humildemente atento, não se dispersa num «mar de palavras», mas «guarda a Palavra e produz fruto pela constância». E é possível «em todo o tempo», porque não constitui uma ocupação a par de outra, mas é a ocupação única, a de amar a Deus, que anima e transfigura toda a acção em Cristo Jesus.

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sábado, 28 de maio de 2011

Hesiquio de Batos

Hesiquio de Batos

Nuestro santo padre Hesiquio, presbítero de la Iglesia en Jerusalén, floreció bajo Teodosio el Joven, brillando por las enseñanzas que impartió. Murió por el año 433. De sus muchas páginas escritas, hemos incluido aquí solamente su Discurso, dividido en 230 capítulos —óptimo también para los novicios—, siendo sus temas principales la sobriedad, la atención del intelecto y la custodia del corazón; en resumen, un escrito utilísimo, si los hubiere. Del mismo, el crítico Focio nos dice literalmente en el códice 198, pág. 267: "...En éstos (capítulos) el discurso de la obra en su conjunto se presenta más útil que cualquier otro para aquellos que construyen su vida con miras a la herencia de los Cielos. También ofrece la claridad que promete, y en general, se adapta a las personas que no se preocupan por competir con sus discursos, sino que dedican todas sus fatigas y celo a la práctica de sus obras."'

En realidad, el autor de Discurso sobre la sobriedad... (.Ad Theodulum, de temperantia et virtuté), no es Hesiquio el Presbítero conocido como Hesiquio de Jerusalén, sino un tal Hesiquio, no identificado aún, quien no es mencionado antes del siglo XIII, y habría sido un higúmeno de un monasterio de la Virgen de Nuestra Señora de Roveto, en el Monte Sinaí. Por tal motivo fue denominado Hesiquio el Sinaíta o de Batos.
Esta indicación, no verificada, que nos fuera trasmitida por la tradición manuscrita, es el único dato biográfico que tenemos de él. Es ciertamente posterior a Juan Clímaco y a Máximo el Confesor, quien junto a Marcos el Asceta, muestra conocerlo. Por lo tanto, deberemos colocar el período de su vida después del siglo VII, quizás entre el VIII y el X. (En cuanto a Hesiquio y su espiritualidad, cf. Jean Kirchmeyer, en Dictionnaire de Spiritualité, VII, 1, 408-410.)




De hecho, este párrafo de Focio no se refiere a la obra de Hesiquio, sino a una obra de formación, que desapareció, cuya descripción hecha por Focio corresponde casi exactamente ai Verba Seniorum, incluido en PL 73, ce. 855-1022, en el cual figuran algunas sentencias de Hesiquio (cf. Focio, op. cit., vol. III, cód. 198, pág. 96, n.° 2).


A TEÓDULO. DISCURSO PARA LAS EMINENCIAS MÁXIMAS, ÚTIL PARA LA SALVACIÓN DEL ALMA, A  PROPÓSITO DE LA SOBRIEDAD Y LA VIRTUD. REFERIDO A LAS ASÍ DENOMINADAS CONFUTACIÓN E INVOCACIÓN

1. La sobriedad es un método espiritual que, si es duradero y se lleva a cabo voluntariosamente, con la ayuda de Dios, libera a todo hombre de pensamientos pasionales y de palabras y obras malvadas, y en la medida que sea posible, dona el conocimiento seguro de un Dios incomprensible, así como la interpretación de los misterios divinos y secretos. La misma cumple con todo mandamiento de Dios del Antiguo y del Nuevo Testamento, produciendo todo bien del siglo futuro. Es propiamente la pureza del corazón, que por su grandeza y por su belleza —o para decirlo mejor, por nuestra negligencia— es rara hoy en día en los monjes. Cristo la proclama bendita diciendo: Bienaventurados los puros de corazón porque verán a Dios (Mt 5, 8). Siendo tal, se compra a un precio elevado. La sobriedad duradera en el hombre es la guía que lleva por un recto camino y es grata a Dios; es un acceso a la contemplación y nos enseña a mover rectamente las tres partes del alma y a vigilar con seguridad los sentidos, incrementando día a día, en su compañía, las cuatro virtudes naturales.
2. El gran legislador Moisés, o más bien el Espíritu Santo, queriendo subrayar la irreprensibilidad y la pureza, la capacidad de entender y de ensalzar dicha virtud, queriendo enseñarnos cómo iniciarla y perfeccionarla, dice: Cuida de ti mismo, que la palabra escondida en tu corazón no se torne en violación de la ley (Dt 15, 9).  Y denomina palabra escondida al mero pensamiento relativo a una acción mala y odiosa a Dios. Los Padres también la llamaban "asalto" dirigido al corazón por parte del Diablo. No bien este asalto se presenta ante el intelecto, nuestros pensamientos lo persiguen y contra él disputan con pasión.
3. La sobriedad es la vía de toda virtud y es un mandamiento de Dios; se la denomina también hesichía del corazón; alcanza la perfección mediante la ausencia de toda fantasía y es la custodia del intelecto.
4. El que nació ciego no ve la luz del Sol. Así, el que no camina por la sobriedad no ve los espléndidos fulgores de la gracia que provienen desde lo alto, ni será liberado de las obras, palabras, y pensamientos malos y odiosos a los ojos de Dios, los cuales —en el momento de nuestra muerte— no pasarán libremente delante de los principios infernales.
5. La atención es el silencio ininterrumpido del corazón, de todo pensamiento; silencio que siempre, perenne e ininterrumpidamente respira e invoca a Cristo Jesús, Hijo de Dios y Dios; sólo a Él. Con Él se alinea valientemente contra los enemigos; a Él se confiesa, ya que sólo Él tiene el poder de perdonar los pecados. Abrazada continuamente a Cristo mediante la invocación, a É,l que conoce el secreto de los corazones, el alma trata de esconder a los hombres su propia dulzura y la íntima lucha, para que el Maligno no permita que la malicia crezca a escondidas ni borre su bellísima actividad.
6. La sobriedad es la constante solidez del pensamiento y se ubica en las puertas del corazón; ella ve los pensamientos que se acercan como ladrones y escucha lo que dicen o hacen los sanguinarios, y avizora la forma, esculpida y levantada como una estela de los demonios, que trata de engañar al intelecto con fantasías. Estas diligentes actividades nos dan con suficiente pericia, si lo deseamos, la experiencia para el combate espiritual.

7. El doble temor1, el alejamiento de Dios y los eventos de las pruebas que incluyen una corrección, saben generar esta continuidad estable de la atención en la suprema potencia del alma del hombre, que trata de obstruir la fuente de los malos pensamientos y de las malas obras; de ella surgen el alejamiento de Dios, y las pruebas imprevistas que Éste nos envía a fin de enderezar nuestra vida. Esto se da sobre todo para aquellos que, después de haber probado el alivio de este bien, lo han descuidado. Pero la continuidad genera la costumbre, y la costumbre genera una natural frecuencia de la sobriedad; y ésta, durante el tiempo del combate, poco a poco, según la situación, genera la contemplación. Y la contemplación es recibida por la perseverante oración a Jesús, por la dulce tranquilidad privada de fantasías del intelecto y por el estado que proviene de Jesús. 1. Se refiere al temor de Dios que surge de la amenaza de la punición, y al que está unido a la caridad y genera la piedad en el alma, impidiendo que la libertad de la caridad nos lleve al desprecio de Dios. Cf. San Máximo el Confesor, Primera centuria sobre la caridad, cap. 81.
8. La mente que se mantiene firme e invoca a Cristo contra los enemigos, refugiándose en Él, es como un animal que, rodeado por muchos perros, se les opone en un lugar que lo protege. Aquélla observa desde lejos, espiritualmente, los escondites espirituales de los enemigos invisibles, y por su continuo suplicar a Jesús que obra la paz en contra de ellos, permanece inviolable.
9. Si lo sabes, y te ha sido dado presentarte por la mañana y ser visto (Cf. Sal 5, 4), pero también has podido ver, sabes lo que te digo; si no lo sabes, sé sobrio y lo obtendrás.
10. Los mares están constituidos por mucha agua. Pero la constitución y el sostén de la sobriedad, de la vigilancia y de la hesichía profunda del alma, del abismo de las contemplaciones extraordinarias y secretas, de la humildad que perdona, de la rectitud, de la caridad, son la suma sobriedad y la oración a Jesucristo, sin pensamientos. Y esto, se produce con fuerza y continuidad, sin desalentarse.
11. Se ha dicho: No todo el que dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los Cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre (Mt7, 21). Pero la voluntad del Padre es la palabra: Vosotros que amáis al Señor, odiad las cosas malas (Cf. Sal 96, 10). Además de rezar a Jesucristo, odiemos también los malos pensamientos; es así como cumplimos la voluntad de Dios.
12. El Señor nuestro y Dios encarnado nos ha puesto delante un modelo (Cf. 1 P 2, 21) de toda virtud, un ejemplar de la estirpe de los hombres, una llamada de la antigua caída, al retratar en su propia carne una vida llena de virtudes. Y con todos sus bienes, que nos mostrara a modo de ejemplo, dirigiéndose al desierto después de su bautismo, comenzó con un ayuno su lucha espiritual, mientras que el Diablo se le acercaba como si fuera un simple mortal (Cf. Mt 4,3). Y por medio de una victoria tal, el Señor nos enseñó a nosotros, seres inútiles, cómo luchar contra los espíritus malignos, es decir, con humildad, con ayuno, con oración (Cf. Mt 17, 21) y con sobriedad. Él, que no tenía necesidad de estas cosas, pues era Dios y Dios de dioses.
13. Y no dudaré en indicarte con palabras sencillas y sin adornos, cuántas son las maneras de alcanzar la sobriedad, capaces de purificar poco a poco la mente de pensamientos pasionales. Pues no he juzgado necesario, en tiempos de combate, disfrazar dentro de este discurso la utilidad mediante la expresión, particularmente cuando es dirigida a las personas más simples. Y tú, Timoteo, hijo mío, —nos dice—presta atención a lo que lees (1 Tm 4, 13).
14. Entonces, el primer modo de llegar a la sobriedad es examinando frecuentemente nuestra fantasía, es decir el asalto; pues Satanás no puede obrar sobre nuestros pensamientos sin la fantasía, ni presentarle mentiras al intelecto para engañarlo.
15. Otra forma es tener el corazón profundamente silencioso siempre, en hesichía, lejos de todo pensamiento. Y rezar.
16. Otra es suplicar con humildad al Señor Jesucristo una ayuda continua.
17. Otro modo de tener en el alma el recuerdo ininterrumpido de la muerte.
18. Queridísimo, todas estas operaciones impiden, como porteros, el acceso a los malos pensamientos. Pero mirar hacia el Cielo y no tener en cuenta para nada la Tierra es un modo tan eficaz como los otros, y si Dios me lo permite, hablaré al respecto más en extenso en otro momento.
19. Si ahuyentamos un poco las causas de las pasiones, nos mantendremos ocupados en especulaciones espirituales, pero no nos dedicaremos a ellas con toda nuestra actividad, y entonces caeremos fácilmente de nuevo en las pasiones de la carne, y no obtendremos otro fruto más que la oscuridad total del intelecto y nuestra desviación hacia las realidades materiales.
20. Es necesario que quien lucha tenga, en lo íntimo, al mismo tiempo estas cuatro cosas: humildad, suma atención, confutación y oración. La humildad, porque para él la lucha es contra los soberbios demonios adversarios, y para tener la ayuda de Cristo al alcance de nuestro corazón, ya que Dios odia a los soberbios (Cf. Pr 3, 34). La atención, para hacer que nuestro corazón no tenga ningún pensamiento, aunque le parezca bueno. La confutación, para que no bien haya reconocido lo que le sucedió, contradiga de inmediato y con desdén al Maligno. Y contestaré —nos dice— a aquellos que de mí se mofan con malicia, ¿será posible que mi alma no se someta a Dios? (Sal 61, 1). Y la oración, para que clame a Dios con gemidos inenarrables (Rm 8,26), inmediatamente después de la confutación. Y entonces él, el luchador, verá al Enemigo abatido y alejado del adorable nombre de Jesús, como el polvo por el viento o como el humo que se disuelve, junto con su fantasía.
21. Aquel que no tiene una plegaria pura de pensamientos, no tiene la armadura para la guerra. Me refiero a una plegaria que obre perennemente en los recesos del alma, para que en el momento de la invocación a Cristo, el Enemigo, que combate a escondidas, sea azotado y quemado vivo.
22. Debes mirar con la mirada aguda y severa del intelecto; así podrás reconocer a aquellos que están entrando y, habiéndolos reconocido, aplastar en seguida por medio de la confutación, la cabeza de la serpiente. Al mismo tiempo invoca con gemidos a Cristo, y obtendrás la experiencia del divino socorro invisible, y entonces verás con claridad la rectitud del corazón.
23. Como uno que toma en sus manos un espejo y colocándose en el medio de muchas personas, se mira en el espejo y ve su rostro, pero también ve el de los otros que entran en ese único espejo, así el que mira debidamente en su propio corazón, en él ve su propio estado y las negras caras de los etíopes espirituales (Cf. n. 19, p. 165).
24. Pero el intelecto no puede vencer por sí mismo la fantasía que le proviene de los demonios. Que no se confíe en esto. Pues, siendo astutos, fingen que se dejan vencer y le ponen la zancadilla al mismo tiempo, a través de la vanagloria, por ejemplo; pero si invocamos el nombre de Jesús, no tienen fuerza, ni siquiera por un momento para mantenerse de pie y engañarlo.
25. Trata de no pensar de la misma manera que el antiguo Israel, ni de ser entregado tú también a los enemigos espirituales. Aquél, liberado de los egipcios por parte del Dios de todas las cosas, imaginó como una ayuda para sí mismo un ídolo de metal fundido (Cf. Ex 32, 4).
26. Y harás de nuestro débil intelecto un ídolo de metal fundido, el cual, si invoca a Jesucristo contra los espíritus malignos, los echa fácilmente y con ciencia experta arrasa las fuerzas invisibles y adversas del Enemigo. Pero si, tontamente, tiene completa confianza en sí mismo, es arrojado contra los buitres. En Dios —dice— ha confiado mi corazón y ha sido ayudado, y mi carne ha vuelto a florecer (Sal 27, 7) ¿Quién si no el Señor me hará renacer y se unirá a mí contra mis malos e innumerables pensamientos? (Cf. Sal 93, 16). Aquel que tiene confianza en sí mismo y no en Dios, tendrá una gran caída (Cf. Tb 18, 12).
27. Si quieres luchar, toma siempre como ejemplo la pequeña araña, para decidir sobre el tipo y la táctica de la hesichía del corazón. Si no lo haces, tu intelecto no está aún preparado para ello. En efecto, la araña caza pequeñas moscas, y tú, si verdaderamente te encuentras en la hesichía, aunque sea con fatiga en el alma, no cesarás de matar a los infantes de Babilonia; matanza por la cual eres llamado bendito por el Espíritu Santo, por medio de David (Cf. Sal 136, 9. Feliz quien agarre y estrelle contra la roca a tus pequeños: contra la Roca, que es Cristo y su nombre, se destrozarán los pequeños de los demonios, es decir los pensamientos insinuados por ellos y su prole).
28. Así como es imposible que aparezca en el firmamento el Mar Rojo; y como no es posible que un hombre que camina sobre esta tierra no respire este aire, así es imposible purificar nuestro corazón de pensamientos pasionales y alejar de él a los enemigos espirituales, sin una prolongada invocación del nombre de Jesucristo.
29. Si estás siempre ocupado en tu corazón con el pensamiento humilde, el recuerdo de la muerte y la crítica a ti mismo, la confutación y la invocación del nombre de Jesucristo, y caminas sobriamente cada día con estas armas por el camino estrecho pero feliz y alegre de la mente, accederás a la santa contemplación de los santos y recibirás de Cristo la luz de sus profundos misterios, donde se encuentran los tesoros escondidos de la sabiduría y de la ciencia (Col 2, 3), y en el cual habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad (Col 2, 9). Pues junto a Jesús sentirás que el Espíritu Santo ha invadido tu alma; de Él recibe la luz el intelecto del hombre para poder mirar a cara descubierta. Nadie —como se ha dicho— puede decir "Señor Jesús", si no es en el Espíritu Santo (1 Co 12, 3). Y esto es garantía mística de lo que (la invocación) busca.
30. Entonces, es necesario que aquellos que desean aprender sepan también esto: que los envidiosos demonios nos esconden y empequeñecen el combate espiritual, envidiándonos, los muy terribles, la utilidad, el conocimiento y el acercamiento a Dios que surge de la lucha; e incluso para raptarnos nuestro intelecto de improviso, en un momento de descuido nuestro, convirtiendo nuevamente la mente de algunos en desatenta. Estos demonios tienen un motivo incesante y una lucha de la cual se preocupan, es decir, no quieren que nuestro corazón conserve la atención de manera alguna, ya que saben cuánta riqueza ésta aporta al alma. Entonces nosotros deberemos tender a la contemplación espiritual con el recuerdo de nuestro Señor Jesucristo. Y en el intelecto se reinstalará la guerra, haciendo todo con el consejo —si así se lo puede llamar— del mismo Señor y con mucha humildad.
31. Es necesario que los que vivimos en el monasterio eliminemos toda voluntad nuestra frente a nuestro superior, mediante una elección deliberada y con corazón bien dispuesto; y que con la ayuda de Dios seamos dóciles al freno y privados de voluntad. Es bueno ser expertos en esto para no dejarse turbar por la ira y mover nuestra irascibilidad de modo irracional y contra natura, encontrándonos respecto al resto, inseguros frente al combate invisible. En efecto, nuestra voluntad no eliminada por nosotros deliberadamente, suele enojarse contra aquellos que se apresuran a eliminarla en contra de nuestra deliberación. Por tanto, la irascibilidad puesta en movimiento, ladrando salvajemente, destruye la ciencia de la lucha que con dificultad y mucha fatiga se había logrado conquistar. La irascibilidad es destructiva por naturaleza, y actúa en contra de los pensamientos de los demonios, los arruina y destruye; pero si, por otro lado, se turba en contra de los hombres, también arruina los buenos pensamientos que están en nosotros. En consecuencia, la irascibilidad es nociva respecto de los pensamientos de todo tipo, ya sean malos como eventualmente buenos. En efecto es un arma y un arco preparado por Dios para nosotros, siempre que no apuntemos contra ambos. Pero si actúa diversamente es peligrosa, pues yo sé que un perro enfurecido puede matar a las ovejas de la misma manera que los lobos.

quarta-feira, 25 de maio de 2011

Who Should Pray the Jesus Prayer? What is the Jesus Prayer? When Should We Pray the Jesus Prayer? Where Should We Pray the Jesus Prayer? How Should We Pray the Jesus Prayer?

Jesus ChristLa Transfiguration - Η Μεταμόρφωσις (gr.)Communion des Apôtres par Jésus ChristDéesis - Deisis - Jésus Christ


Who Should Pray the Jesus Prayer?


  • All people need to pray continually...
    You cannot approach God without constant prayer. St Isaac the Syrian (d. 700) in Writings from the Philokalia



  • God confirmed that the Prayer was for the laity...
    ...it is the duty of all Christians, small and great, always to practice the mental prayer Lord Jesus Christ, have mercy on me, so that their mind and heart may acquire the habit of always uttering those holy words. Let this convince you how pleasing this is to God and what great good derives from it, since He, out of His infinite love for men, sent a heavenly Angel to tell us this, so that no one should have any doubt about it.
    St. Gregory Palamas (d. 1359) relating an Angel of God's revelation in the Life of St. Gregory of Salonica



  • Even those compelled to pray may benefit...
    I made him (unruly godson) sit down on a bench next to me and I ordered him to say the Jesus Prayer without stopping...After some time I noticed the whip was no longer necessary, for the boy recited the Prayer willingly and diligently and I noticed a change in his behavior...he got so accustomed to the the Prayer that he was saying it no matter what he was doing...
    Told to the anonymous author of The Way of a Pilgrim (19th century Russia); chapter 4



  • All people need the sanctification offered by the Prayer...
    By it the heart is opened to human wretchedness and the Savior's mercy. The invocation of the holy name of Jesus is the simplest way of praying always. When the holy name is repeated often by a humbly attentive heart, the prayer... "brings forth fruit with patience. This prayer is possible "at all times" because it is not one occupation among others but the only occupation: that of loving God, which animates and transfigures every action in Christ Jesus.
    1994 Catechism of the Catholic Church sections 2667-2668 






  • What is the Jesus Prayer?


  • The original form of the Jesus Prayer dates from ancient Egyptian monasticism...
    For the complete fulfillment of its [the mind's] purpose we should give it nothing but the prayer 'Lord Jesus'... St. Diadochos of Photiki (d. 486)



  • There are two popular versions of the prayer...
    Lord Jesus Christ, have mercy on me. And, Lord Jesus Christ, Son of God, have mercy on me, a sinner The first is used at Mt. Athos and seen in The Way of the Pilgrim; the second is the most popular version.



  • Prayer of the heart is reached by the steps of vocal and mental prayer...
    ...the grace-given prayer of the mind in the heart, which shuns imaginings, "is not characteristic of children; wherefore we who are like children, being concerned with the perfection of our prayer," that is, the attentiveness which is acquired by locking the mind into the words of the prayer, "must pray a great deal. Quantity is the cause of quality. The Lord gives pure prayer to him who, eschewing laziness, prays much and regularly in his own manner, even if it is marred by inattention". St. Ignatius Brianchaninov (d. 1867) quoting The Ladder of St. John of the Ladder (d. 606)



  • The ultimate but hard to obtain goal of the Jesus Prayer...
    There is yet another form of prayer, which is called standing in the presence of God, when the man who prays is wholly concentrated in his heart and inwardly contemplates God as being present to him and within him, with corresponding feelings...Such a state comes when a man becomes deeply immersed in prayer by word, mind and heart. If a man prays in the right way and for a long time, these states come to him more and more often, and finally this state can become permanent; then it is called walking before God and is constant prayer. Lorenzo Scupoli (d. 1610) in Unseen Warfare edited by St. Theophan the Recluse (d. 1894) 

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  • When Should We Pray the Jesus Prayer?

  • Repeating short prayers throughout the day was already practiced in the 5th century...
    Whatever work you are doing, or office you are holding, or journey you are going, do not cease to chant this. When you are going to bed, or eating, and in the last necessities of nature, think on this. This thought in your heart may be to you a saving formula...
    St. John Cassian (d. 435) on repeating O God, make speed to save me: O Lord, make haste to help me



  • We should have a definite time set aside to pray each day...
    Set a definite length of time for prayer—a quarter of an hour, a half, or a whole hour (whatever is convenient), and regulate your vigil so that the clock striking on the half hour or the hour signals the end of prayers. Then when you begin prayers, do not concern yourself with the number of prayers read, but only lift your heart and mind to the Lord in prayer, and continue in a worthy manner for the time set aside. Others determine how many prayers can be done on the prayer rope in a given time and proceed in a calm and unhurried way to count them on the prayer rope.
    Letters of St. Theophan the Recluse (d. 1894)



  • The prayer should accompany our waking and sleeping...
    ... ~ When you get up from your sleep, make the sign of the Cross over yourself three times with the Jesus Prayer.
    ... ~ When you lie down on your bed do not forget to make the sign of the Cross...repeating the Jesus Prayer.
    ... ~ When you are sleeping and you wake up or get up...make the sign of the Cross...and say the Jesus Prayer.
    ... ~ When your enter any swelling...say the Jesus Prayer and Amen, and bow to the icon which is in the room.

    Russian Old Believer 17th century instructional manual A Son of the Church



  • We should pray throughout the day...
    Christians ought at all times to preserve the remembrance of God…in order that they may show love to the Lord not only when they go into the place of prayer, but that also when they are working, talking, or eating...
    St. Macarius of Egypt (d.391) quoted in The Inner Kingdom



  • We should pray it while going to sleep...
    Go to sleep and sleep with the prayer of Jesus. Sts Callistus and Ignatius (14th century) quoted in Writings of the Philokalia



  • The Prayer will eventually be a natural part of our daily life...
    When I arise in the morning, it starts me joyfully upon a new day. When I travel by air, land, or sea, it sings within my breast When I stand upon a platform and face my listeners, it beats encouragement. When I gather my children around me, it murmurs a blessing. And at the end of a weary day, when I lay me down to rest, I give my heart over to Jesus: "(Lord) into thy hands I commend my spirit". I sleep, but my heart as it beats prays on 'Jesus'. Princess Illeana of Romania, princess and Orthodox nun (d.1991), Introduction to the Jesus Prayer


  • We should pray when we do not want to...
    One must force oneself to pray, even if one has no spiritual prayer...In such a case, God, seeing that a man earnestly is striving, pushing himself against the will of his heart (that is, his thoughts), He grants him true prayer.

    St. Macarius of Egypt (d.391) quoted by St. Theophan the Recluse 



  • Where Should We Pray the Jesus Prayer?

  • Pray the Jesus Prayer at home...
    ...labor at home to accustom yourself to pray attentively and try to remain in God's presence the rest of the time, as much as possible. Letters of St. Theophan the Recluse (d. 1894)



  • Pray the Jesus Pray while travelling and before Liturgy...
    'Lord Jesus Christ, Son of God, have mercy on me, a sinner.' Let your attention and instruction be centered on this. Walking, eating, standing in church before the beginning of the service, continue with the prayer; on entering and departing keep this prayer on your lips and within your heart. In such a manner, with the invocation of the Name of God you will find peace, you will attain to purity of spirit and body; and the Holy Spirit, the Origin of all good, will make for Himself a dwelling within you and will guide you in all piety and purity.
    St. Seraphim of Sarov (d. 1833) quoted in the Jordanville Prayer Book



  • Pray the Jesus Prayer at work...
    By orienting yourself to God at all times, your chores at home and responsibilities outside the house will not distract your attention from God, but, on the contrary, will keep you intent on completing all tasks in a God-pleasing manner. All will be performed with the fear of God, and this fear will keep your attention on God unswervingly.
    Letters of St. Theophan the Recluse (d. 1894)


  • There is no place where the Prayer should not be said...
    It is necessary for everyone, whether eating, drinking, sitting, serving, travelling or doing anything to unceasingly cry Lord Jesus Christ, Son of God, have mercy on me... St. John Chrysostom (d. 407) quoted in the Jordanville Prayer Book 

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  • Why Should We Pray the Jesus Prayer?

  • It fufills St. Paul's admonition...
    Pray without ceasing.
    1 Thessalonians 5:17



  • It reflects the power Christ gave to pray in His name...
    ...the Lord Jesus Christ instituted prayer in His Name. He promised that such prayer will be particularly effectual.
    St. Ignatius Brianchaninov On the Prayer of Jesus



  • The Name of Jesus is the sole source of salvation...
    Nor is there salvation in any other, for there is no other name under heaven given among men by which we must be saved.
    St. Paul in Acts 4:12



  • The Jesus Prayer will overcome negative spiritual emotions...
    When during prayer your heart is overwhelmed with despondency and melancholy, be sure that these proceed from the Devil, endeavoring by every means to hinder you in your prayer. Be firm, take courage, and by the remembrance of God drive away this deadly feeling.

    St John of Kronstadt (d. 1908) On Prayer



  • It is the only sure means of a close relationship with Christ...
    Those who have truly resolved to serve God must practice the remembrance of God and unceasing prayer to the Lord Jesus Christ, saying with the mind: Lord Jesus Christ, Son of God, have mercy on me, a sinner.” By this practice, while guarding oneself from distraction and while maintaining peace of conscience, one can draw near to God and be united with Him. Other than by unceasing prayer, according to the words of St Isaac the Syrian, it is impossible to draw near to God. St Seraphim of Sarov (d.1833) quoted in On the Prayer of Jesus



  • It is the surest means to gain Heaven...
    ...the saints who for their entire life kept in their heart the Jesus Prayer and the presence of our Lord Jesus Christ. Only they ascend directly to Paradise, for their souls became a paradise while on earth. Where the Lord God is—there is Paradise. Know that if a person trains himself to say the Jesus Prayer continually, when his hour of death comes, Christ Himself will take his soul and it will abide with Him forever.
    From the vision of the Nun Tatiana of St. Petersburg in the early 20th century



  • Sanctification comes with the repeated praying of the prayer...
    The name of our Lord Jesus Christ, descending into the depths of the heart, will subdue the serpent holding sway over the pastures of the heart, and will save our soul and bring it to life. Thus, abide constantly with the name of our Lord Jesus Christ, so that the heart swallows the Lord and the Lord the heart, and the two become one. But this work is not done in one or two days; it needs many years and a long time. For great and prolonged labor is needed to cast out the foe so that Christ dwells in us. St John Chrysostom (d. 407) in Writings from the Philokalia


  • Icône de fêteHow Should We Pray the Jesus Prayer?


  • Say the Prayer aloud, quietly, at first...
    "Mental prayer," he continues, "is the result of much vocal prayer, and mental prayer leads to the prayer of the heart. St Ignatius Brianchaninov (d. 1867) quoting Russian hieromonk St. Dorotheus (d. 1865)



  • Determine to give yourself completely to God when your pray...
    When you pray, keep to the rule that it is better to say five words from the depth of your heart than ten thousand words with your tongue only. St John of Kronstadt (d. 1908) On Prayer



  • The Pilgrim initially immersed himself in the Prayer...
    For a whole week I stayed along in my hut and recited the Jesus Prayer six thousand times every day, netiehr worrying about anything nor paying attention to the distracting thoughts...I became so accustomed to the Prayer that if for a short while I stopped reciting it I felt as if I were missing somethng.
    Anonymous author of The Way of a Pilgrim (19th century Russia); chapter 1



  • A prayer rope (chotki) as well as bows and prostrations to the ground may be used...
    It is used by saying, "Lord Jesus Christ, have mercy on me a sinner, ' and pulling one knot through your fingers. Say it again and move another knot, and so on with each prayer. You may make a prostration, from the waist or to the ground as you desire, at each prayer. Or for small knots, you may do a bow from the waist; large knots, prostrations. The whole rule consists of a fixed number of prayers and prostrations, interspersed with prayers in your own words.
    St. Theophan the Recluse (d. 1894) Prayer Rule of Brief Prayers



  • The Pray should become as natural to us as breathing...
    Let His most sweet name be joined to your breath; and then you will know the profit of silence.*
    Gregory the Theologian of Nazianzus (d.391) quoted in Writings from the Philokalia



  • Prayer of the Heart yields itself completely to God's Will...
    Take up prayer more readily and continue without interruptions and you will soon achieve your desired goal. Soon a reverent attention to the One God will be established, and with it, inner peace. I say soon, not now, or in a day or two. Months may be required, sometimes, even years. Ask the Lord and He will help. From the letters of St. Theophan the Recluse (d. 1894)

    Methods and Steps in the Jesus Prayer

  • Icône de la Dormition de la Mère de Dieu
    Jesus Christ l'Epoux - ho Nymphios - Ο Νυμφίοςhttp://www.jesusprayer.us/

    When to Pray the Jesus Prayer

    Who?

    What?

    When?

    Where?



    Why?

    How?

    Prayer Card

    Resources
    http://www.jesusprayer.us/
    Pray Every Day
    To make progress in your prayer practice you must be regular in your practice. This is not a Monday, Wednesday or Friday or whenever thing, but is something that has to be engaged every day without fail. Every day you miss will set you back at least three days. Make it an integral part of your life just like you take a shower and brush your teeth in the morning. Just like you don’t feel clean if you skip these daily activities, see prayer as a necessary cleansing of your soul. Put your prayer life as your first priority. Don’t let travel or sickness deter you. This prayer can be said anywhere, any time if necessary. You don’t need any special books or other props only the love and desire to be united with God.
    Use of the Prayer at Other Times
    In addition to your regular periods of prayer you should try and take every opportunity you can to say the Jesus Prayer. Whenever you have an idle moment begin to say the prayer. When you are waiting in a checkout line in the store say the prayer quietly to yourself. When you are waiting for an appointment in the doctors office, instead of picking up a magazine, begin to say the Jesus Prayer. Every chance you get to say the prayer will help you keep your mind focused on God.
    When you face difficulty during the day or find yourself becoming angry, immediately begin to say the prayer to yourself. When you become angry or irritated, you can take a prayer walk. Get up from where you are, excuse yourself like you were going to the bathroom and instead take a walk where you can be alone. As you walk repeat the prayer in alignment with your steps until you calm down. You will find this very helpful to bring you back to a loving state where you can make better decisions about how to deal with the situation at hand. You can also use it while you are doing your daily exercise instead of reading or watching TV.
    You can also use this prayer before and after meals as your prayer. You can use it before starting any task. Any time you say the prayer it will bring your attention to God and enliven your soul so your actions are more likely to be congruent with what God intends for you.
    At night time you can also say the Jesus Prayer as you try and go to sleep. There will come a time when you will actually pray while you sleep. At the time of falling asleep we enter a path that leeds into our deepest consciousness. This occurs between the time we are awake and asleep. Its the ideal time to send this prayer deep into your heart. Rejoice when the first thing you want to do when you awake in the morning is to repeat the prayer.
    The Jesus prayer can help you get rid of recurring painful memories. When they arise simply begin to say the prayer. Also, when you experience any kind of pain say the Jesus Prayer. Instead of taking drugs to numb your feelings, try and repeat the Jesus prayer over and over until the pain subsides. When you are sitting in the dentist chair and tense as the dentist is about to begin to drill on your tooth, say the prayer to yourself and relax. Anytime you feel the anticipation of pain begin to say the prayer.

    http://www.orthodoxprayer.org/Jesus%20Prayer/Jesus%20Prayer-When%20to%20Pray.html

    segunda-feira, 23 de maio de 2011

    «La Plegaria por los Demás» de Matta El Meskin


    El Padre "Matías el Pobre" es uno de los pilares de la renovación actual en la Iglesia copta. Monje desde hace casi cuarenta anos, llevó durante mucho tiempo una vida eremítica en las grutas del desierto de Wadi el Rayyan, al sur de Egipto. En 1969, fue llamado por el entonces Patriarca Cirilo VI para renovar el antiguo monasterio San Macario, en Wadi el Natrum. Gracias a su carisma de Padre espiritual y a un enorme esfuerzo de reconstrucción, el monasterio cuenta hoy con más de ochenta monjes y se ha convertido en un centro irradiante de vida nueva, eje de desarrollo material para el desierto de Sceté, donde se encuentra, y de enseñanza espiritual dirigida no sólo a la nueva generación de monjes coptas sino también a las numerosos visitantes que son recibidos con conmovedora hospitalidad.



    «La Plegaria por los Demás»
    uando durante la plegaria sentimos el gozo de la comunión con el Cristo y somos juzgados dignos de llevar su cruz, esto no quiere decir que la plegaria haya llegado a su término. Por el contrario, ésa es una invitación para comenzar a iniciarnos en el misterio de la plegaria que supera el entendimiento humano: descubrimos que nuestras plegarias se convierten para las demás en una, fuente de potencia espiritual.
    Aquél a quien el Cristo confía los secretos de su corazón y de su misión hacia los pecadores, recibe de El la potencia para consumar su obra y vivir su amor. El que ama a los pecadores como el Cristo los ama, que se compadece del sufrimiento de los pobres y de los enfermos y que está dispuesto a ocupar se de ellos, ése es justamente capaz de orar por ellos y obtener su curación, su consuelo y su aliento.
    Incluso puede obtener para otros la remisión de sus pecados. Pues el hombre que se une al Cristo por la plegaria se hace capaz de ponerse en el lugar del pecador, de tomar sobre si el pecado del otro y toda su debilidad, y de soportar la corrección y el castigo. Por este hecho, y gracias a esta disposición y su unión con el Cristo, puede pedir para los otros el perdón de sus pecados y obtenerlo.
    Aquí, la plegaria empieza a tener una de las funciones más importantes para la salvación de los otros y la manifestación de la misericordia divina en aquellos que están lejos de Dios por indiferencia o ignorancia.
    Se convierte así en un apoyo potente para la predicación, en una fuerza misteriosa que otorga la Palabra justa y prepara los corazones a recibir la remisión y la salvación. Uno solo que ore con fervor, en su habitación y en secreto, puede producir, por su unión con el Cristo, la salvación de miles de personas.
    Dios emplea nuestras oraciones para la salvación de los demás
    Debemos saber que cuando Dios nos atrae hacia la oración no tiene en cuenta solamente nuestra salvación, sino que el desea también emplear nuestras plegarias para la salvación de los demás. Por eso la oración es una de las obras más fundamentales y más preciosas a los ojos de Dios.
    El hombre que se esfuerza en el vida de plegaria y progresa rápidamente en el espíritu de abandono y de obediencia a la voluntad de Dios se convierte en "un buen soldado del Cristo Jesús". El Señor mismo lo llama todos los días a su presencia y lo ejercita en la intercesión a favor de los otros hasta ser escuchado. Recibirá pronto del Señor la potencia para salvar a numerosas personas y conducirlas del camino de la muerte hacia el seno de Dios.
    El progreso de nuestra vida de oración se traduce por la intimidad de nuestro amor con Dios. Esta intimidad es la consecuencia directa tanto de la satisfacción que Dios siente por su condescendencia hacia nuestra debilidad, como de la amplitud del horizonte de nuestra humanidad; es decir, la conciencia aguda que tenemos de nuestro deber absoluto hacia los demás, de nuestra responsabilidad espiritual hacia los pecadores y aquellos cuya fe o caridad desfallecen, hacia los que sufren o están oprimidos, los que predican y anuncian la palabra.
    Los grados superiores de la oración, en los cuales ésta se lanza a su perfección, tienen por signo la súplica ferviente con lágrimas a favor de los demás. Es como si nuestro progreso en la vida de oración nos fuera otorgado de hecho para bien de nuestros hermanos más débiles y que no saben orar. "Orad los unos por los otros, para ser curados". Y cuando Santiago nos exhorta a llamar a "los presbíteros de la Iglesia" para que oren por el enfermo que sufre, con el fin de curarlo, es porque se supone que el presbítero está más avanzado que los otros hombres en la vida de plegaria, y recibió más gracias como para dedicarse a orar por los demás.
    Solo podemos progresar en los grados de la oración, adquirir una verdadera estabilidad junto a Dios y recibir el don de lágrimas en la medida del progreso de nuestra compasión hacia los que sufren y están maltratados (sea por los hombres, sea por el pecado): "Acordaos de los prisioneros como si estuvierais prisioneros vosotros mismos con ellos, y de los maltratados como miembros también de un cuerpos".
    Nuestra comunión con Cristo, nuestra comunión con los sufrimientos de los hombres
    Nuestra comunión con la pena de los que sufren, de los que están enfermos o mal tratados, y nuestra capacidad de llevar sus fardos no nos vienen de una simple filantropía humana, de una compasión pasajera o del deseo de ser bien vistos o bien considerados; pues una compasión de este tipo estaría destinada a disminuir muy rápidamente y a desaparecer. Es por la oración perseverante, pura, sincera, que recibimos esos sentimientos como un don de Dios; y ese don nos hace capaces no sólo de perseverar en esta comunión con los más débiles, sino también de progresar hasta el punto de ya no poder vivir sin ellos y encontrar reposo sólo compartiendo sus penas y sufrimientos. El secreto de este carisma reside en nuestra comunión con el Cristo, en nuestra participación de su naturaleza, y sus cualidades divinas, de manera que es El, ahora, "quien a la vez opera en nosotros la voluntad y la operación misma. Así, nuestra comunión con los sufrimientos de los hombres y nuestra comunión con el Cristo dependen fundamentalmente una de la otra hasta el más alto grado; de modo que llevar la cruz del Cristo significa participar de la cruz de los hombres, sin restricciones y hasta el fin...
    Olvidarse a sí mismo en la oración es convertirse en embajador del Cristo
    El olvido de sí comienza por un esfuerzo voluntario. Pero cuando se persevera con sinceridad ante Dios, Dios nos lo otorga como un don gratuito. Entonces, espontáneamente "ya no buscamos más nuestros propios intereses, sino que cada uno se preocupa de los de los demás...
    Cuando abandonamos deliberadamente nuestras propias necesidades em la plegaria, y encontramos nuestro gozo únicamente pidiendo, suplicando y dedicándonos a los otros, entonces Dios mismo empieza a ocupar se de nosotros y a encargarse de toda nuestra vida, tanto en el plano material como en el plano espiritual, hasta en los menores detalles. Es decir que cuando nos ocupamos de los demás, Dios se ocupa de nosotros; y cuando limitamos nuestra plegaria y nuestra súplica a las necesidades de los demás, Dios colma nuestras necesidades sin que se lo pidamos.
    Así se realiza, por medio de la plegaria, el designio salvífico del Cristo, que dice a sus Apóstoles:" Id y haced discípulas a todas las naciones”.
    Dios le basta al hombre que le abrió su corazón, y ese hombre ya no debe pedir nada para si. Aquél que todavía no abrió su corazón a Dios necesita corazones amigos que intercedan por él ante Dios, para que Dios lo escuche por la oración ferviente de sus hermanos...
    Los que amaron al Cristo y le son fieles, se convierten en verdaderos embajadores del Cristo en la tierra. Por sus oraciones y su don de sí, reconcilian a Dios con los hombres ya los hombres con Dios... En muchos casos es imposible entrar en relación con los pecadores o los extraviados, sea por su hostilidad, sea por la vergüenza que sienten ante nosotros. Pero por la oración superamos estos obstáculos que nos separan de ellos,... pues por la oración podemos acercarnos secretamente a su corazón, deslizarnos en él sin que lo sepan y gemir, identificándonos con ellos, como si nosotros mismos fuéramos pecadores y extraviados; todo eso, aun antes de que nos conozcan o nos hablen. Si desde el fondo de su corazón oramos y clamamos hacia Dios, soportando el peso de sus faltas y sus extravíos, Dios los escucha a través de nosotros; a pesar de su desobediencia natural, el arrepentimiento asalta su conciencia y el llamado al retorno se hace tan imperativo que rápidamente se dirigen hacia Dios y hacia nosotros, pidiendo nuestra ayuda.
    La oración es una fuerza por la cual el hombre, por intermedio del Espíritu Santo, atrae a su hermano; pues es por el Espíritu que el Cristo atrae todo a El y transforma la dualidad en unidad.

    Fonte:
    En: Prière, Esprit Saint et Unité Chrétienne. Spiritualité Orientale nº 43 - Abbaye de Bellefontaine, 1990.
    Revista Fuentes – 1993 - Argentina - “Teólogos Ortodoxos Contemporâneos

     

     

    terça-feira, 17 de maio de 2011

    Metanoia. Ascesis. Apatheia. Hesychía: La práctica de la vida interior es un ejercicio practicado por todo el Oriente cristiano . "Señales de resurrección" y la Oración de Jesús.


    La práctica de la vida interior para el hombre moderno occidental, parece un lujo. Mediante esa vida interior, los monjes, anacoretas y peregrinos pueden concentrarse en su corazón y repetir sin cesar la oración de Jesús: "Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí", o acompañar la pronunciación del santísimo nombre del Señor con el ritmo de la respiración. 
    Actualmente, el hombre, sumergido en sus intensas actividades, parece tener por misión principal el "someted y dominad la tierra"; es decir, no tanto buscar la salvación de la propia alma, la propia quietud, paz y tranquilidad, sino lanzarse, en la lucha cotidiana, a la política, a resolver los problemas sociales y económicos, a buscar el dominar las cosas, pensando así en mejorar el mundo, pero sin Dios, sin someterse a su santa voluntad.
    En las veinticuatro horas, ocupado y encarcelado en los problemas diarios, no dispone de tiempo para estar consigo mismo y disfrutar de los valores espirituales. El exceso de activismo puede acarrear un suicidio personal, con muerte espiritual y luego personal.
    No es suficiente hacer buenos propósitos por la mañana ni desear retirarse al desierto, a un monasterio, para estar solos, para estar con Dios. Hace falta ir más allá. La paz, la contemplación, la unión con Dios, el dominio, el silencio interior, también se pueden obtener en medio del trabajo, al lado de un hermano que no se conoce, cuando se está sentado con él, codo a codo, en un colectivo. Con esfuerzo, perseverancia y la ayuda de Dios, se puede fabricar una "celda", un lugar desértico en el propio corazón, en el centro de la ciudad bulliciosa y llena de dificultades. Retirarse en el propio corazón, viajando en tren, corriendo a tomar un colectivo, haciendo fila para trámites administrativos. Esto se puede obtener. Hay hombres que realmente "están en el mundo, pero no son del mundo". Ellos son como la levadura: activos, pero callados, silenciosos; preparan verdaderamente la transformación del mundo. Comprenden que no son ellos los que transforman el mundo, sino Cristo-Dios que habita en ellos.
     Trabajan, cumplen la voluntad de Dios y, en unión con Dios van transformando el mundo; no como aquellos que, sin Dios, piensan cambiar el mundo, desterrando la pobreza, haciendo felices a todos con promesas humanas, llenas de mentiras.
    Los que trabajan unidos a Dios necesitan primero transformar su corazón, su persona; hacer la metanoia para vaciarse de sí mismos, dedicarse a la oración y la contemplación, y llenarse de las virtudes de Dios.
    La práctica de la vida interior es un ejercicio practicado por todo el Oriente cristiano, y enseña el método, el ejercicio de la oración interior que está arraigada en la fe y en la unión de la amistad divina. La práctica metódica consiste en la total transformación del ser, de los pensamientos, de los sentimientos, de las palabras vacuas que han de ser llenadas con obras, conforme con las enseñanzas del santo Evangelio: "vivir el santo Evangelio".
    Oración y contemplación son una sola cosa, porque Dios es el objeto principal del corazón, que "está inquieto hasta que descanse en Él". Pero antes, el hombre necesita, a causa de la naturaleza caída, la ascesis para llegar a la verdadera oración: "derrama tu sangre y recibe el espíritu".
    La unión con Dios es un don gratuito, pero recíproco; Dios se dona completa y continuamente, y no se deja llevar por las especulaciones e intereses humanos. Dios lo puede todo, "pero no puede forzar al hombre a amarlo". Esto supone continua vigilancia, atención, apertura a la visita silenciosa del Señor. Dios pasa, golpea y llama a cualquier hora, y para eso hay que estar vigilantes, atentos y escucharlo.
    El hombre, por su desobediencia al Creador, ha perdido la antigua amistad, las relaciones de Padre e hijo, desbaratadas a causa del pecado humano. El hombre, debido al mal uso del gran don que es la libertad, en lugar de amar a Dios, elige el propio egoísmo, cayendo en la esclavitud; en lugar de liberarse, se va esclavizando siempre más en sus propios errores, alejándose así de Dios, de la real libertad. Para recuperar la unión con Dios y reconquistar la libertad perdida, no le queda otra alternativa que renunciar al mal, y recuperar su primitivo estado de unión divina.
    Así comienzan la ascesis, la salida, la búsqueda de Dios, la lucha, la educación de sí mismo, la práctica continua. El fin principal de la ascesis es la práctica de los ejercicios corporales: ayunos, vigilias, regímenes vegetarianos, continencia sexual. Son mortificaciones corporales necesarias para imponerse un control propio; es decir comenzar el camino a la conciencia de sí mismo.

    La práctica de la vida interior, además, enseña otras prácticas más profundas, hasta llegar a lo hondo del ser humano, el último rincón de la personalidad . No es suficiente con las mortificaciones externas, corporales, sino que se va a lo íntimo del corazón, donde "salen los malos pensamientos"
    Es urgente el control, el dominio completo de sí mismo y una unión continua de Dios. Primeramente controlar las reacciones personales, emotivas, físicas, es decir la personalidad dividida, descontrolada, para llevarla a un punto de atención, a una unidad personal. Esto se llama la apatheia: estado purificado, plenamente desapasionado, de completa y total liberación de la servidumbre de imágenes, representanciones, afectos, inquietudes, deficiencias, neurosis, que puedan transformar la tranquilidad, serenidad, paz, quietud interior y exterior.
    Así se llega al segundo grado, que es la hesyquía: paz, silencio del corazón, de la mente. El silencio interior es el estado fundamental para el hombre que quiere vivir tranquilamente y realizar su vida humana y espiritual. Es una paz espiritual y corporal. No quiere decirse que haya que evitar la lucha, buscar el quietismo egoísta, despreocuparse del prójimo, sino eliminar de sí mismo la inestabilidad, la inseguridad, la angustia, la excitación, las preocupaciones que son como base de arena que hacen insegura la estabilidad del hombre.
    Es un ejercicio duro para llegar a la "vigilancia y continencia". Es un ejercicio intelectual, somático, psíquico que conduce al hombre a la unidad personal, a vaciarse de sí mismo y encontrarse con la Divinidad. Aquí la práctica de la vida interior nos ofrece un ejercicio para llegar al centro del corazón, al silencio completo.
    El silencio del alma es el misterio de nuestra época. El alma, al verse independiente de las ataduras mundanas, se siente libre, se abandona enteramente en Dios y llega, entonces, al pleno poder de autodeterminación, decisión, control y discreción; porque es guiada por la luz misteriosa que existe en el corazón silencioso. Es importante notar que las técnicas son necesarias para no engañarse a sí mismo con un falso misticismo, sino iniciar un verdadero proceso de atención y discreción controlado.
    El ejercicio de la vida interior impone, pues, duras técnicas para no dejarnos llevar al egoísmo y a un daño interior. Se aconseja reconocerse a sí mismo: horrible, miserable, mortal, mezquino, pecador, hombre limitado, y llenarse de Dios, que es la verdadera vida para el hombre. Así comienza la metanoia: renovación completa para alejarse del yo, del mundo y buscar la vida que es Dios. 

    "Deja el amor del mundo y sus dulcedumbres, como sueños de los que uno despierta; arroja tus cuidados, abandona todo pensamiento vano, renuncia a tu cuerpo. Porque vivir de la oración no significa sino enajernarse del mundo visible e invisible. ¿Qué atractivos tienen para mí los cielos?. Ninguno. ¿Y qué deseo conseguir de Ti en la tierra?. Nada. A no ser el unirme a Tí en la oración de recogimiento. Unos desean la gloria; otros las riquezas. Yo anhelo sólo a Dios y pongo en Tí solamente la esperanza de mi alma devastada por la pasión" (San Juan Clímaco).

    Un primer paso para encontrar el silencio interior es liberarse de todo lo que obstaculiza la completa unión con Dios. Un segundo paso importante es el ejercicio de la vigilancia y de la perseverancia. Una vez afianzada la paz, el silencio interior, son necesarias la vigilancia y la perseverancia, porque el enemigo, la fragilidad humana, puede desistir del propósito y de los primeros resultados obtenidos. La renuncia al enemigo y la defensa de sus ataques es constante, tanto en sí mismo, como afuera. El corazón de la inestabilidad y volubilidad se convierte en una capilla del Señor, en un silencio a las cosas presentes para contemplar las cosas divinas.
    La importancia de esta técnica se encuentra en la combinación del conocimiento de sí mismo, de lo psicosomático, de las actitudes humanas y espirituales, para controlarlas con la ayuda de Dios e inmediatamente descubrir en el silencio el gran amor de Dios por la persona humana, llegando así a saborear las virtudes de la libertad religiosa. El secreto de estos ejercicios es querer entrar dentro de sí con la ayuda de un experimentado (un padre espiritual), y descubrirse interiormente como uno es, ante Dios y no ante los hombres. Nada es imposible para el hombre que, en medio de tantas ocupaciones, viajes y ruidos, encuentra en el fondo de su corazón un poco de paz, silencio para orar, para unirse con Dios y liberarse de los lazos que conducen a la lenta agonía de la muerte espiritual y personal. 
    Allá en el silencio de su corazón, sentirá la voz divina: "Todo me es lícito, pero no todo me conviene para la salvación". Hay que tener libertad y fidelidad amorosa hacia el Amor-Dios.

    Para el ejercicio de la  vida interior, la Oración de Jesús se convierte en la práctica esencial dentro de la espiritualidad cristiana oriental, tanto para monjes como laicos. Y en la Filocalia (= amor a la virtud), coleccion de textos patrísticos, se encuentra como un programa de bienes espirituales que llevan a la práctica interior.


    Extraído de la introducción del P. Luis Glinka,ofm. en "Claves para el equilibrio interior. Calixto e Ignacio", Ed. Lumen

      "Señales de resurrección" y la Oración de Jesús. Experiencia personal.

    Icono escrito por el Higúmeno Hmje. David Argibay (*)
    El primer libro que leí sobre espiritualidad cristiana oriental fue la Filocalia de la Oración de Jesús.(1)
    Fue como entrar a un mundo en ese momento desconocido para mí, y quedé deslumbrada por la profundidad de sus palabras. En una parte dice:

    "El corazón es el lugar donde el alma y el cuerpo se comunican en las profundidades del ser. De este modo, los efectos de la Oración del corazón se hacen sentir en el cuerpo tanto como en el alma".

    Justo en ese tiempo estaba en una época de una gran búsqueda del sentido de muchas cosas ( y sigo...), y creo que esa chispa del Espíritu comenzó a calentar mi corazón, llevándome por caminos que en ese momento nunca hubiera imaginado.

    "El cuerpo recibe también los efectos de la ILUMINACIÓN. 'Si tu ojo -tu corazón- está sano, todo tu cuerpo será iluminado'(Mt 6,22). Cuando la Oración de Jesús se convierte en Oración del Corazón, su primer efecto es la iluminación."

    ¿Iluminado? -me preguntaba- ¿Cómo será eso de que la repetición incesante de una oración  pueda llegar a "sanar tu corazón" hasta el punto de "iluminar todo tu cuerpo"? ¿Tendré que aprenderme todas esas técnicas de respiración, de meditación, etc. para ir por ese camino? ¿Cómo podré permanecer en oración todo el día con tantas tareas que te quitan la concentración?. ¿Si ahora comienzo a practicarla sin ningun tipo de instrucción, pero con mucha fe y buena intención, me bastará con mi sólo esfuerzo para purificar mi corazón?.

    "La iluminación aportada por la Oración del corazón viene sólo de la gracia. Sólo la gracia divina posee en sí misma la facultad de comunicar la deificación a los seres de una manera analógica; entonces la naturaleza resplandece con una luz sobrenatural y se encuentra transportada por encima de sus propios límites por una sobreabundancia de gloria"

    Pero, siendo sincera, creo que a muchos nos pasa, no somos tan constantes para las cosas, y cuando nuestro interior es un desorden total, más todavía. Por lo tanto se imaginarán lo mucho que me duró eso de "si me bastará con mi sólo esfuerzo". En ese momento aún no estaba preparada para comprender algunas cosas ( no es que ahora lo esté...), y aunque la tenía como un elemento más en mi vida espiritual, ella en silencio y lentamente fue haciendo su obra.

    "La iluminación no se produce sin trabajo: ella, a veces, sólo es dada al término de una prolongada espera, de una larga pena. Ello se debe a que el corazón es también dominio del pecado, de lo oscuro, de las tinieblas. No olvidemos el sentido de las palabras de la Oración: 'Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador'. Es necesario forzar esa oscuridad por la contrición y el verdadero arrepentimiento, a menudo por las 'las lágrimas'; es la 'gracia del enternecimiento' la que imprime en la mirada y el rostro de los espirituales de Oriente una dulzura semejante."

    Hoy quiero aprender más, sé tan poco sobre la Oración de Jesús, y voy comprendiendo que todo lo que tenga que ver con  la espiritualidad cristiana oriental está profundamente unido a la Divina Liturgia. Me acuerdo que en un primer mail que mandé al monasterio católico bizantino para manifestar algunas inquietudes que tenía, me contestó el Padre David diciéndome entre otras cosas "La Divina Liturgia (Santa Misa Bizantina) es el centro de la vida que todo lo ilumina, y para nosotros (los monjes) la Vida es una especie de liturgia continua". Luego, entonces cada día éstas palabras fueron cobrando más sentido para mí, y fui tomando conciencia de qué importante es la oración para el alma, y cómo el Espíritu es el gran protagonista en esta tarea: "La vida espiritual consiste en la adquisición del Espíritu Santo" decía San Serafín de Sarov.(2)

    "Por el Espíritu Santo que vive en Cristo y, en consecuencia, en la Iglesia, el Señor sigue ejercitando su poder en la Iglesia, no sólo con palabras, sino con actos directos. Este poder lo ejerce, particularmente, a través de los sacramentos, la liturgia y la respuesta fiel, positiva, que da a las plegarias de la Iglesia. La Iglesia mantiene su lazo con Cristo por la fe que se manifiesta en la oración (....). En la oración, el alma pierde su rigidez y se vuelve sensible, receptiva y abierta a la energía de Dios. La Iglesia es el lugar y la forma del poder de Dios, perpetuamente activo en y entre los hombres, porque es el lugar de la oración. La oración pide que Dios actúe, y Dios actúa gracias a la oración. La iglesia es el lugar del encuentro sensible entre nuestra oración y el poder de Dios (....). La Iglesia es el campo del Espíritu y, por tanto, es el lugar en donde se realiza la salvación. Hay que recordar que las oraciones de los creyentes en sus casas o en cualquier otro lugar son también oraciones de la Iglesia, porque la Iglesia está presente en todas partes, allí donde se encuentra uno de sus miembros." (3)

    Volviendo al texto sobre "La Filocalia de la Oración de Jesús", con respecto a lo que comentaba al principio sobre la "iluminación", en una parte dice (aludiendo al que el cuerpo también recibe los efectos de la oración):

    "Bajo el resplandor de las "energías divinas", las "energías del corazón" son vivificadas a su vez y, por su resplandor, transfiguran al ser entero, como bajo la acción de un sol interior."

    Como le sucedió a San Serafín de Sarov, cuyo rostro se iluminó como un sol, cuando conversaba con su discípulo Motovilov, quien sorprendido le dijo cómo lo veía. "No tengas miedo, dijo San Serafín. Tú te has vuelto tan luminoso como yo, tú también estás, ahora, en la plenitud del Espíritu Santo. De otro modo no habrías podido verme así." (2)
    Icono de San Serafín de Sarov que está en la Iglesia del Monasterio


    Y a continuación el texto completo, que más me impactó, en aquel entonces ( y el motivo del nombre de este blog): 

    " Pero junto a esas gracias extraordinarias, cuántas otras más comunes pero igualmente auténticas, en cientos, en miles de humildes y simples creyentes, a través de toda Rusia...y el mundo entero. Así resplandecían esos rostros de ancianos, de mujeres, de niños que hemos visto en todas las iglesias, totalmente iluminados, durante la celebración de la Divina Liturgia. Cuando salían de la Divina Liturgia, todos los hombres y todas las mujeres de nuestra aldea eran como Teóforos, es decir "Portadores de Dios". Todos habían comulgado. Y en sus venas corría la sangre de Dios. Eran hijos de Dios y deificados. Ciertamente, tales gentes son campesinos rudos, y pobres. Ellos saben lo que son...Y , saliendo de la Iglesia, llevaban a Dios en ellos. Y marchaban con precaución. Como se marcha cuando se transporta algo inestimable. Y ellos eran así Teóforos, "Portadores de Dios".Cuando se lleva una lámpara o un cirio, se tiene el rostro iluminado por la llama; cuando se lleva en sí a Dios, que es la luz de las luces, se está iluminado desde adentro, de tal manera que toda la carne y todo el cuerpo son transfigurados, embellecidos...No he visto jamás piel ni carne más bellas que las del rostro de los Teóforos, de las gentes que llevaban en ellos la deslumbrante luz de Dios. Su carne era deificada, sin peso ni volumen, transfigurada por la luz del Espíritu divino. Esa luz pura, inmaterial, que ya transfigura el cuerpo, es una anticipación de la resurrección. Esas son las señales de la Resurrección futura. Es cuerpo terrestre está, ya, como revestido con el cuerpo espiritual, con el traje blanco de los redimidos por Jesucristo "La alegría espiritual que viene del espíritu al cuerpo, no está totalmente corrompida por la comunión del cuerpo , sino que transforma al cuerpo y lo vuelve espiritual". 
     
    Desde entonces cada vez que comulgo pienso: "¡Soy teófora, portadora de Dios! como la Santísima Virgen María cuando llevó en su vientre al Niño Jesús". Y sin dudas va cambiando mi manera de relacionarme con mi prójimo: cuando van saliendo de comulgar los veo marchar con un semblante diferente, y hasta a veces me dan ganas de inclinarme frente a cada uno, conciente del majestuoso Tesoro que esconden en su interior. Luego doy gracias a Dios por permitirnos llevar este Don inestimable, por venir Él primero a nuestro encuentro para darnos su Espíritu, para darnos Vida:

    "Rey Celestial, Consolador, Espíritu de la Verdad, que estás en todo lugar y todo lo llenas, Tesoro de bienes y dador de Vida, ven y mora en nosotros, y purifícanos de toda mancha, y salva, Oh Bueno, nuestras almas" (Oración de la liturgia bizantina).

    Por eso hoy por hoy ( y lo que me cuesta vencer esto...) en vez de desanimarme como muchas veces, conociendo las inclinaciones de mi corazón desordenado, vivo con gran gratitud esta inefable misericordia de nuestro Dios, y comienzan a cobrar verdadero sentido estas palabras de San Pablo (2 Cor 4, 7. 16-18) tantas veces escuchada y meditadas:

    "Pero nosotros llevamos este tesoro en recipientes de barro, para que se vea bien que este poder extraordinario no procede de nosotros, sino de Dios." "Por eso, no nos desanimamos...Nuestra angustia que es leve y pasajera, nos prepara una gloria eterna que supera toda medida. Porque no tenemos puesta la mirada en las cosas visibles, sino en las invisibles: lo que se ve es transitorio, lo que no se ve es eterno."

    Quizás ese simple texto de la Filocalia, que por ahi para cualquiera puede pasar desapercibido, se convirtió desde el momento que lo leí en un gran anhelo de mi corazón, anhelo que con el transcurrir de los días, se va haciendo cada vez mayor, una necesidad por la que lucho cada día ( la gran mayoría sin grandes resultados..) y que aún no pierdo las esperanzas poder concretarla aquí:

    "La gloria que los santos poseen desde hoy en sus almas, cubrirá, revestirá y elevará a los cielos a los cuerpos desnudos, el día de la Resurrección...He aquí por qué, en la Resurrección, su cuerpo mismo recibirá los bienes eternos del Espíritu y se unirá a la gloria de la que sus almas poseen desde ahora la experiencia."

    "¿Qué es entonces la oración espiritual?, dice Isaac de Nínive; ella es el símbolo de nuestra condición futura".

    Hoy, Domingo de Resurrección, 10º después de Pentecostés, 19 de julio según el calendario juliano (1 de agosto según el calendario gregoriano), se celebra el Hallazgo de las reliquias de San Serafín de Sarov (1903) y Santa Macrina, hermana de San Basilio. 
    San Serafín es uno de los santos patronos o protectores del Monasterio Católico Bizantino de la Transfiguración del Señor (junto a San Sergio de Radonezh), y la Providencia ha querido y me ha guiado para comenzar hoy justamente este Blog bajo su protección.
    Que éstos grandes santos de la tradición eslava oriental bendigan este Blog, protejan y custodien los frutos que, por medio de sus publicaciones vayan iluminando el alma de todos sus lectores y seguidores.

    Los animo de todo corazón, tanto a los hermanos católicos de rito latino como de rito bizantino,  a seguir profundizando cada día más en la oración. "Es por medio de la oración que se va logrando la divinización del hombre mediante la liturgia. Sólo si llevamos esa liturgia al corazón, esa liturgia se hace oración en nosotros y somos así transformados. Es en el corazón donde nos encontramos con esa fuente de vida divina. Es en el corazón donde el hombre se siente como en casa, es el lugar del encuentro auténtico con nosotros mismos, con los demás y con Dios vivo. El corazón reclama su Presencia. El corazón tiende hacia esa Presencia que sacia y sólo en el corazón se da ese encuentro con Dios, si nosotros le abrimos. Y lo abrimos, si oramos"(4).

    "La Divina Liturgia (o la Santa Misa) es el centro de la vida que TODO lo ilumina": nuestra oración, nuestro trabajo, nuestros deberes, nuestras relaciones personales, los deseos más profundos de nuestro corazón. Allí busquemos la fuente de la Vida, que iluminará TODO lo que necesitemos para nuestra vida y para "tener Vida" y en abundancia (Jn 10,10), todas las demás preocupaciones, entonces, ya sean materiales o espirituales (hasta la santa inquietud de cómo orar mejor) se irán resolviendo paulatinamente de una manera natural, por añadidura (Mt 6, 33).

    Frecuentemente nos perturba la inquietud de vernos tan limitados y que no vemos para nada que estemos creciendo algo espiritualmente, pero recordemos que una planta cuando crece no hace ruido, primero es tan solo un brotecito, pero cuando un buen día nos damos cuenta, llega a transformarse en un gran árbol, con muchas ramas, y grandes frutos, incluso sirve para dar refugio a los pájaros del cielo, y sombra y amparo para quien lo necesite - me dijo un día mi padre espiritual-, y quiero compartirlo con ustedes para animarlos a no bajar los brazos y a seguir confiados los caminos del Señor, más allá de cualquier circunstancia difícil en la que se encuentren y más allá de las limitaciones humanas, faltas o caídas. Que si Dios se ocupa de los pajaritos y las plantas, cuánto más de sus hijos.

    Que la Madre de Dios del Portal de Iver nos cubra con su manto, y  con su amor maternal nos ayude a ser verdaderos Teóforos "portadores de Dios".Amin.

    Glosario:

    *Higúmeno: superior de un monasterio en las iglesias orientales (sería como el Abad en los monasterios latinos)
    *Hmje: Hieromonje: monje sacerdote

    (1)La Filocalia de la oración de Jesús (Ed. Lumen).
    (2)Instrucciones Espirituales. Conversaciones con Motovilov (Ed. Lumen).
    (3)Oración de Jesús y Experiencia del Espíritu Santo (Ed.Narcea)
    (4)Viviendo el misterio de la Liturgia (de catholic.net)
     
     
    http://teoforos-orientecristiano.blogspot.com/search/label/Oraci%C3%B3n%20de%20Jes%C3%BAs